CICLO DE TEATRO HISTÓRICO EN EL PATIO DE COMEDIAS
Comentario Teatral
MARIO OJEDA.
LA BRAVA obra de títeres escrita y dirigida por
Yolanda Navas de la fundación cultural TITEREFUE.
Para la entrevista a los actores y actrices que se
presentan en la sala del Patio de Comedias me acerqué pensando…. “LA BRAVA.”… es un nombre fuerte para una obra de títeres….por
algo ha de ser …
Sabía que la obra habla de Manuela Cañizares uno de
los personajes más interesantes de finales del XVIII e inicios del XIX en la
historia del Ecuador.
¿Porqué LA BRAVA para nombrar a Manuela Cañizares?
La respuesta
tan corta como directa fue:
.- Porque dicen que era brava !!
¿ Porqué usar el género farsa para hablar sobre un
episodio supuestamente fundacional de la patria?
.- Porque trabajamos con títeres en su formato guiñol
y la farsa se ajusta perfectamente a esta técnica titiritesca. “La farsa le hace lucir al guiñol” contestaba Yolanda.
¿Crees que la farsa puede aportar para que la
asimilación de la obra por el público sea mejor y que además ayude en el
desarrollo del contenido histórico y artístico?
.- Es una manera de abordar el tema y trabajar con el
guiñol.
La sonrisa de Yolanda al contestar cerraba el telón de
las respuestas así como de futuras preguntas y dado que se acercaba la hora de
inicio dimos por concluido el diálogo,
lo cual me dejaba con un conjunto de inquietudes que tendría que
despejarlas en la sala misma durante la representación.
Roto el hielo y entablado el código para la gracia y
el divertimiento, se iniciaba la obra misma.
Me disponía a ver en títeres a Manuela Cañizares es
decir nada menos que a la mujer que con
su acción enrumbó las dudas de los nobles ilustres quiteños para el Primer
Grito de Independencia de América o como algunos autores llaman, para el “El surgimiento del primer gobierno
autónomo de este continente”.
Rápidamente vino a la memoria la decadente situación
que vivía España por aquel entonces con un Bonaparte dueño de un gran imperio y
a su hermano Pepe Botellas al mando de España al modo de un títere manejado por
su creador (a).
La presencia de otro gran poder como el británico
haciendo todo lo posible para arrebatar a España la hegemonía mercantil con el
Nuevo Mundo, la insurgente nobleza criolla en toda América Latina incómoda con
el régimen monárquico que le impedía el desarrollo de su actividad productiva y
exportadora y finalmente el legado de la ilustración francesa que a pesar de
tener en ese momento a un Bonaparte al mando de un gran aparato bélico tenía
también un pensamiento filosófico y político libertario.
Recordé claramente los castaños bigotes del Lic.
Garcés profesor de historia en el colegio y agradecí los varios bomberos en el
reporte de calificaciones que me obligaron a leer por mi cuenta esta parte del
conocimiento.
Eso rondaba en la memoria cuando por arte de títeres
apareció un gran bigote negro, bajo un gran sombrero charro, en medio de un
rostro picante con unos ojos saltones y nariz fisgona.
De dónde salió este mexicano, tan pronto se inicia la
obra se preguntaba el público ¡¡
Tal vez la dama quiteña tenía contacto secreto con
José María Rayón caudillo en la guerra de guerrillas de la revolución mexicana….
se inquietaba la dama del asiento de atrás, a quién le brotaba una generosa risa
con cada intervención del mexicano éste.
Gediondo Moribundo Gonzalez oriundo de alguna parte
del plantea donde se ama y se da bala a lo mero mero, viajaba a Quito encomendado
de hacer negocio de armas con la dama Quiteña que nos atañe.
Las dudas acerca de cómo iba Yolanda a trabajar esta
obra se disiparon y hasta diría que desaparecieron frente a la alegría pícara
de este Gediondo personaje, que tenía a la sala Moribunda en risotadas.
Al arribar a Quito en su futurista transporte aéreo
acompañado de una iguana llamada Margarita el Gediondo encuentra a Manuela
esperando la llegada de sus invitados a la velada que tendrá lugar en su casa y
que se convertirá en leyenda a través de la historia.
El Gediondo en pos de negocios desarrolla una relación
amigable y atrevida con una Manuela elegante, sobria, con determinación en el
carácter especialmente al requerir de sus débiles compatriotas una acción
valerosa para firmar el documento que proclame la independencia.
La trama del hecho histórico no se lo ve aunque si se
lo trata. La reunión de criollos nobles sucede en el interior de la casa de
Manuela, mientras Gediondo desarrolla su
propia línea argumental en los exteriores.
En esta otra historia, Manuela deja de ser el
personaje central y pasa a ser el mexicano el protagonista, desarrollando un
conjunto de acciones que buscan el logro de su objetivo comercial y de
conquista.
Su favorecida posición de observador del momento histórico
con las flaquezas de las personalidades involucradas y su asechante acercamiento
a Manuela, le permite entender que si bien su negocio se ha esfumado, a cambio
podría llevarse consigo otra presa aunque un poco “bigotuda.”
Redacta un documento que le exime
de culpas frente a las autoridades realistas al declarar que su adherencia a la
causa de los insurrectos obedece a la defensa de la iglesia ante los atropellos
y vejaciones de la que puede ser objeto el cabildo eclesiástico, declarando
además que él hará todo lo posible para que la causa rebelde termine pronto sus
días.
Vista la traición de Cuero y Caicedo la línea
argumental del hecho histórico se detiene para hacer un salto hacia el futuro y
dar a conocer la genealogía de personajes de la política reciente del Ecuador como
los ex presidentes Oswaldo Hurtado y el difunto León Febres Cordero cuyos
antecesores provienen de aquellos días.
La dramaturgia de la obra le permite al espectador dar
brincos entre los hechos históricos y lo anecdótico de un personaje mexicano
fantasioso con sus propios intereses dentro de la obra.
Manuela extraviada de la atención de sus compañeros de
lucha se muestra nobel y blanda ante las batallas del romance sexual, para al final ceder y escaparse de su época en
un móvil plástico con un mexicano y una iguana.
Las razones las descubriremos
en la esencia de la farsa.
La farsa se alimenta de las relaciones humanas, ya
sean religiosas, sentimentales, económicas, políticas o de cualquier tipo, para
elaborar a través de personajes caricaturescos, otra realidad.
Una que se
acerca a lo irreal o al absurdo, para
producir en el espectador un efecto similar al de una metáfora.
En la farsa se reúnen lo verídico y lo irreal caricaturizado,
para que por acercamiento a las dos, el
público pueda interpretar en su mente y a través de sus sentidos como si fuera un
solo concepto.
Así la heroína sin rostro de la historia oficial en LA
BRAVA es una Manuela Cañizares altiva y hasta brava, pero a la vez, también se ve de ella, la ilustre quiteña que
se relaciona con un fanfarrón comerciante de armas.
La farsa permite ver a la mujer distinguida pero no
muy guapa, más bien un poco bigotuda.
El mexicano Gediondo, productor de una comicidad
espontánea sin reflexión, es en la farsa un personaje irreal, modificador de toda lógica y de los hechos reales.
Al tomarse por asalto la obra, la modifica con su sola presencia y con la
artimaña de su comicidad absurda y voluptuosa desnuda a todos los personajes que por su
cercanía transitan.
La denodada intención erótica del mexicano frente a la
inexperta solterona y la progresiva aceptación de ésta no es otra cosa que la
intención de la farsa en denunciar a una sociedad hipócrita, que pretendía
negar socialmente la corporalidad femenina, aunque sus prácticas individuales
escondidas eran contrapuestas.
La farsa permite los desquites
sociales e históricos más atrevidos posibles.
Este hecho ha sido debatido por varios historiadores
quienes han demostrado que la carta escrita,
conocida como la Exclamación, fue
una manera de poder desvirtuar las acusaciones que de seguro iban a caer contra
él por parte de la iglesia católica y también por parte de las autoridades
militares de la corona española.
El obispo Cuero y Caicedo años después sería nombrado
Presidente de la Junta de Gobierno del segundo momento del proceso libertario,
y puesto que éste también sería reprimido violentamente por la fuerzas
realistas, tuvo que escapar hacia el norte.
Luego fue obligado a regresar para finalmente morir en
el Perú mientras lo llevaban hacia España donde iba a ser juzgado.
Los demás personajes que estando en la reunión
libertaria no fueron tomados en cuenta por LA BRAVA será quizás porque no se lo
merecían?....
El argumento de la obra tanto como su dramaturgia se desentienden de la complejidad política, económica e ideológica de la época y de sus actores principales, para tornarse en una historia personal de Manuela Cañizares en medio del evento independentista.
La intención es quizás protagonizar
la humanidad de una de las tantas mujeres que participaron en el 10 de agosto
de 1809.
Todas ellas tuvieron en
común la ruptura de esquemas y valores tradicionales de comportamiento de
aquella época. Será quizás por eso que han sido olvidadas por la historia
oficial aún teniendo participación importante.
¡ La obra ya lo marcó !... el hecho independentista
tiene para quienes estuvimos en la sala del Patio de Comedias las dos
connotaciones.
Se ha producido su expresión simbólica. La metáfora
viaja hacia adentro y mueve lo que encuentra.
¡¡ Viva la farsa !!.
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